jueves, 26 de agosto de 2010

DESARROLLO SOCIAL

Por: Silvina Díaz

El estudio del desarrollo social es relativamente reciente y esto ha provocado posturas encontradas en el campo evolutivo, y aunque todos los autores manifiestan su acuerdo en que el niño es un ser social por naturaleza, existe desacuerdo sobre el momento de inicio de la socialización.

Para unos autores desde el momento del nacimiento existe socialización, ya que el niño necesita de los demás para alimentarse y se comunica con ellos mediante el llanto.
Para otros, en cambio, el proceso de socialización es progresivo y no se adquiere hasta edades más avanzadas cuando se tiene conciencia de uno mismo y de los demás.
Para la mayoría de los autores el desarrollo social comienza desde el momento en que el niño nace, ya que el primer contacto social o la primera interacción social que se produce en su vida, es el contacto con su madre.
Los padres serán así el primer agente socializador en la vida del niño. La familia va a ser de gran importancia ya que en la interacción padres-hijos se desarrollan patrones de protección de actitudes y valores personales, con los que el niño generará más adelante las habilidades sociales necesarias que le permitan relacionarse de forma satisfactoria con sus iguales.
Los siguientes socializadores en la vida de un niño serán sus compañeros, amigos o iguales junto con instituciones sociales como la escuela.
Por tanto, la socialización es el resultado de la interacción entre el niño y el grupo social donde vive y adquiere roles, normas y costumbres.


- DE 0 A 3 MESES:

Hacia las tres semanas de vida, el bebé imita los gestos de los adultos que le cuidan y es capaz de percibir y reaccionar ante las expresiones emocionales de los demás.
A través de la interacción con su madre el niño establece lo que llamamos vínculo, que es el lazo afectivo que se establece por la proximidad y el cariño del otro.

- ENTRE LOS 3 Y 6 MESES:

El bebé reconoce a las personas de su entorno y reacciona ante su presencia.
Determinadas personas adquieren para el niño un significado muy importante y es capaz de percibir la sonrisa, el llanto y reaccionar ante ellos.
Experimenta angustia de separación, si su madre se ausenta.

- DE 6 A 12 MESES:

El bebé interpreta y comprende las demandas de los que le rodean e intenta hacerles partícipes de su actividad.
Tiene reacciones en su conducta como vocalizaciones, llanto, abrazos, aceptación o rechazo. Discriminan y adoptan una posición de miedo y cautela ante los extraños.
Al llegar al primer año, el niño es capaz de reconocer se a sí mismo y su carácter comienza a asociarse a claves sociales externas: si el niño está bien va a sonreir y manifestar curiosidad hacia el mundo que le rodea. De esta misma forma va a manifestar abiertamente conductas sociales negativas como la defensa, mediante el llanto, ante personas extrañas.

- ENTRE 18 Y 24 MESES:

Manifiesta simpatía o antipatía hacia personas concretas. Comienza a interesarse ya por sus propios objetos. Ya es un niño que colabora al vestirse y que comienza a tener hábitos en la mesa y respeta turno de comunicación.
Sin embargo, aún no conocen adecuadamente la norma social o no la comprenden pudiéndo dar lugar a rabietas.
Durante el segundo año de vida, el niño descubre y desarrolla un nuevo comportamiento: bromea, asusta y sorprende a sus padres. La sensación de bienestar familiar aumenta y también el miedo a los extraños.

- ENTRE 2 Y 3 AÑOS:

En este año comienza a encontrarse con los otros niños y a estar con ellos, pero prefieren jugar solos.
En el tercer año reafirman su sentido del yo y su independencia. Saben controlar sus esfínteres, controlan sus enfados y sus llantos y expresan sentimientos como amor, celos, envidia o tristeza.
Las relaciones sociales con los otros niños cambian, ya que, aunque siguen prefiriendo jugar solos, están más abiertos a comunicarse y a compartir sus juguetes.

- ENTRE 4 Y 5 AÑOS:

El niño se preocupa por los demás, comparte sus cosas y demuestra su cariño. Sus contactos sociales en este periodo no son muy grandes, pero aprende a acomodarse al grupo, coopera y participa en el mismo, aunque no aceptan claramente las normas del grupo.

- A PARTIR DE LOS 6 y 7 AÑOS:

Coincidiendo con la Educación Primaria, se empiezan a establecer las verdaderas interacciones sociales, a través de las que el niño aprenderá a conocerse a sí mismo y a respetar las normas de grupo y está será la preparación fundamental para relacionarse con los demás y aprender las habilidades sociales que regirán la vida adulta.

- A PARTIR DE LOS 8 AÑOS Y HASTA LOS 13:

Los niños establecen identificaciones con adultos y profesores. La compasión y el interés por los otros se hace patente en la capacidad de los niños por amar y compartir. Aumenta el deseo de comunicarse con los demás y las relaciones que se establezcan serán muy importantes, ya que en esta etapa se establecen relaciones duraderas y estables con los compañeros.

- DURANTE LA ADOLESCENCIA:

La experiencia que se ha adquirido en la escuela, intensifica la separación de la familia y a la vez incrementa las relaciones interpersonales.
En este periodo las interacciones más fuertes se producen con personas de la misma edad y con los que se comparten los mismos intereses. Los adolescentes adquieren su identidad a través de la socialización con sus iguales y mantienen con ellos un mismo código en su apariencia física, ropa o conducta.
Es necesario tener en cuenta la interrelación que existe entre la socialización y otros procesos evolutivos como el desarrollo afectivo y la competencia cognitiva.

Como hemos visto el niño depende de su grupo social y de sus pautas o costumbres inculcadas desde el nacimiento para ir adquiriendo unas correctas habilidades sociales que le permitan tener resultados satisfactorios. Por eso insistimos es fundamental el papel de la familia y de la escuela como socializadores, ya que el aprendizaje de las habilidades sociales se adquiere mediante información, pero también a través de la observación e imitación de los que se ve y oye.

DESARROLLO DEL NIÑO EN LOS PRIMEROS 12 AÑOS DE VIDA

Por: Silvina Díaz

1. LOS PRIMEROS AÑOS DE VIDA: DE 0 A 2 AÑOS

Momento familiar: toda la unidad familiar debe efectuar cambios para adaptarse al nuevo miembro; aparecen funciones específicas para la crianza del niño; se empieza a reflexionar sobre lo que significa ser padre/madre. Una de las funciones primordiales de la familia con respecto al niño es la protectora.

Algunas características del desarrollo del niño:
• Juegos con el propio cuerpo a través del movimiento, donde va descubriendo sensaciones nuevas y placenteras (hasta los 6 meses).
• Juegos con objetos (ej: sonajeros, pequeños juguetes, a veces incluso el mismo cuerpo).
• Inicio de la marcha: continúan explorando y descubriendo cosas; es ahí donde empiezan el contacto
con las normas, con el NO (“No toques”).
• Aprendizaje del control de los esfínteres: también aquí se encuentran con prohibiciones venidas de unas exigencias sociales impuestas.
• Socialización: durante el primer y segundo año de vida, el desarrollo social depende básicamente de la interacción con las personas a las que se vincula afectivamente, las que se llaman figuras de apego (fundamentalmente, padres y hermanos), que son las que controlan su conducta, organizan la estimulación que le llega y satisfacen sus necesidades básicas.

2. LA PRIMERA INFANCIA: DE 2 A 6 AÑOS

Momento de la familia: primer momento de autonomía del niño, motivado, sobre todo, por su toma de contacto con el mundo exterior.

Algunas características del niño:
• Conflicto niño-adulto: los padres intervienen en la conducta del niño casi continuamente, como
consecuencia se producen en el niño conductas de oposición, rabietas.
• Etapa de fantasía, de egocentrismo: el niño es incapaz de asumir el punto de vista del otro y sus necesidades son prioritarias.
• Comienzo del desarrollo del lenguaje.
• Juego: imitan el mundo adulto en sus juegos, siendo los padres en todo momento modelos para los hijos.
• Autoestima: influye positivamente en ella la asunción de pequeñas responsabilidades (ej: recoger sus propios juguetes).
• Pueden darse sentimientos de celos ante la llegada de otros hermanos.
• Socialización: comienzan la etapa escolar, donde encontrarán más figuras de referencia (los
profesores) y, sobre todo, donde comenzarán a relacionarse con iguales (amigos).

Criterios educativos básicos:
• Potenciar en los niños el autocontrol, ayudándoles a interiorizar las normas adultas y a adquirir mayor control sobre su conducta; hacer un presión adecuada a sus capacidades (ordenar sus juguetes, comer solos, vestirse, ...).
• Ante la llegada de otros hermanos, evitar rupturas bruscas con el estado anterior y hacerle partícipe de la ilusión de dicha llegada.
• En el comienzo de su etapa escolar, iniciar a los niños en actividades que impliquen colaboración, reforzar las conductas que tienen en cuenta a otros niños, mostrarse tolerante y comprensivo con los conflictos que puedan darse.
• Afecto, presión adecuada a sus necesidades, control y comunicación serán, entonces, los criterios educativos básicos.

3. LA SEGUNDA INFANCIA: 6 A 10 AÑOS

Momento del ciclo vital: mayor autonomización del niño, aumenta la relación con iguales; la familia tiene que facilitar este proceso.

Algunas características del desarrollo:
• Superación del egocentrismo-individualismo: empiezan a situarse también en el punto de vista del otro.
• Avances en el desarrollo psicomotor y en el lenguaje.
• Avances significativos en el desarrollo social e intelectual.
• Poca capacidad crítica, son permeables y receptores a todo. Utilizan los argumentos de los adultos.
• Aumento del grado de autocontrol, asume normas sociales.
• Socialización: aumento de las relaciones con iguales, aunque la familia es todavía central. La
identidad, la autoestima y el rol sexual se conforman, sobre todo, en el grupo de iguales. Sentimiento de grupo.

Criterios educativos:
• Facilitar las ocasiones en que los niños puedan interactuar libremente con sus iguales, fomentando la participación en actividades grupales organizadas por diferentes instituciones.
• En lo referente al desarrollo moral, fomentar actividades cooperativas, el análisis y discusión de los conflictos que se planteen, juegos que exijan cambiar de rol a los sujetos, asunción de pequeñas responsabilidades.
• Los adultos son importantes modelos de observación para el niño.

4. LA PREADOLESCENCIA: 10 A 12 AÑOS

Momento del ciclo vital: asumir, con la llegada de los hijos a esta etapa, la importancia que cobra y el papel que juega el grupo de pares; resolver las reacomodaciones que el preadolescente va demandando de forma conveniente para él y para toda la familia.

Algunas características del desarrollo:
• Notable desarrollo de la capacidad de razonar. Antes se razonaba sin datos concretos. Aumenta la capacidad de conocer y tener datos, necesidad de dominar la realidad.
• Va desarrollando la capacidad de reflexión sobre sus actos y sus sentimientos.
• Socialización: es la edad de los amigos y las pandillas; se forman grupos homogéneos, no se mezclan chicos y chicas. Aparece la figura del líder de la cuadrilla. Van menos con los adultos. En el grupo se autoafirman y van satisfaciendo, en la medida de sus posibilidades, el deseo de ser mayores.

Criterios educativos:
• Ser sensibles a los cambios que se avecinan.
• La familia ha de actuar como contraste de lo que recibe y vive en el grupo de iguales.
• Entender la distancia afectiva que marcan; ya no se consideran niños; aunque esto no significa que no necesiten dicho afecto. Desarrollar otras pautas afectivas.
• Fomentar la autoestima, valorando sus capacidades y virtudes.
• Posibilitar nuevos cauces de comunicación, desarrollando la capacidad de la escucha activa y la empatía como elementos fundamentales.

viernes, 20 de agosto de 2010

Desarrollo Psicosexual - Sigmund Freud

Por: Victoria Alarcón

Sigmund Freud, austríaco, doctor y fundador del psicoanálisis. Desarrolla por primera vez en la historia el concepto de sexualidad infantil, manifiesta que el niño posee desde muy temprano instintos y actividades sexuales.
A medida que un individuo se va desarrollando, pasa por diferentes etapas, cambios en su cuerpo y en sus relaciones con los demás.
Estas etapas son denominadas de evolución de la libido; que es la energía que corresponde a la sexualidad.
Según Freud, el individuo busca distintas formas de satisfacción sexual, y sus fantasías. Él describió las etapas y las zonas donde se centra el placer en cada momento del desarrollo; y nos permiten comprender las características de la personalidad y el comportamiento.
En psicoanálisis se distinguen diferentes etapas del desarrollo de la libido:
1) Etapa oral ------------- 0 a 1 año de edad
2) Etapa anal ------------ hasta 2-3 años
3) Etapa fálica ----------- hasta 5-6 años
4) Etapa de latencia --- etapa escolar hasta la pubertad.
5) Etapa genital --------- a partir de la pubertad y transcurriendo lentamente durante todo la adolescencia.

1) Etapa oral

Desde el nacimiento hasta el destete. El niño poco a poco se va identificando con su madre; y si ella le sonríe él también, si ella habla él balbucea, etc.
Durante la dentición el dolor se calma al morder. El mordisco es su manifestación agresiva, pero es sano para el bebé que lo haga, por lo tanto se recomienda a las madres retirarles el pecho antes de éste período, para que muerda y chupe otros objetos, sin provocar la prohibición.
El bebé se encuentra en un estado de desamparo total y esto hace que dependa de su madre; a través del llanto el recién nacido pedirá para obtener la satisfacción de sus necesidades. Ejemplo, cuando llora le responden con una mema, o se lo toma en brazos; así el bebé construye un vinculo con su madre, que lo satisface y que será de suma importancia en su desarrollo.
El juego en esta etapa es una actividad que proporciona placer autoerótico, porque se produce en el propio cuerpo. Por lo general está relacionado con la alimentación. Poco a poco al separarse de su madre el niño comienza a transferirle las propiedades de su cuerpo a "objetos transicionales"(objetos de apego), ya que permiten crear un espacio intermedio entre el bebé y la mamá. Estos objetos son acariciados y maltratados (libido y agrasión) para expresar su ambivalencia afectiva.

2) Etapa anal

En esta etapa el niño descubre junto con el control del esfínter el poder que esto le trae, dar o no dar, según quiera. Se adueña de su cuerpo, él decide si quiere o no ir al baño. Su independencia comienza a tomar forma.
La expulsión de los excrementos produce emociones contradictorias en el niño, por un lado intenta recompensar a la madre con ellos y por el otro cuando se constipa expresa el desacuerdo o la negación de los deseos de la madre.
El niño siente placer cuando es higienizado por su madre, esto es una de las dificultades que el niño sufre al pasar por esta etapa, al no tener esa satisfacción el niño se niega a controlar el esfínter y esto dificulta aún más su desarrollo.
Por otro lado el niño al descubrir este manejo de su cuerpo, se siente grande, mayor e importante como algún amigo o hermano mayor que ya lo hace; y si es alagado, felicitado y hasta recompensado por ello la satisfacción de haber superado esta etapa es aún mayor que la satisfacción al ser higienizado por su madre.
El control del esfínter requiere dos renuncias: por un lado renunciar a jugar con sus propios excrementos y por otro debe renunciar a hacer sus necesidades en cualquier sitio y horario.
El niño trata de imitar al adulto en sus gestos y en sus palabras.
En esta edad el niño comienza a jugar con agua, con arena, y con barro; a desplazarse sólo y a adueñarse de los movimientos de su cuerpo, sabiendo que quiere o no hacer. En esta etapa la ambivalencia es la base de la conducta, en la que aparece la tendencia al amor y al odio hacia el objeto de amor. El pensamiento funciona como un esquema de opuestos.
Toda mujer es una mamá, buena o mala, grande o pequeña, allí empiezan las comparaciones. Los objetos que se oponen a su voluntad son malos y el les pega.
las reacciones agresivas deben ser desplazadas a los muñecos, los animales o a otros objetos que remplacen a los padres. En este momento el niño toma esta realidad afectiva como objetiva, tan solo registra las repercusiones agradables o desagradables que tiene su propia existencia.

3) Etapa fálica

Esta etapa va desde los 4 a los 6 años; en la que la niña y el niño descubren sus órganos sexuales, a causa de la excitación de la micción y por los locamientos repetidos que tienen lugar durante el aseo.
Los bebés tienen juegos eróticos manuales y generalmente esta actividad que ellos realizan cesa por si misma y vuelve a aparecer a los 3 años.
Descubren la diferencia de sexos.
Los padres le imponen una renuncia al interés que tienen por tocarse, en nombre de la estética y la moral; y el niño se adapta a dicha imposición a fin de retener el amor paternal. Cuando lo logra, se vuelve a centrar en su interés por los genitales.
Los niños de esta edad empiezan los "porque". Cuando los adultos le responden sus preguntas sexuales, el niño percibe lo prohibido. El papel de las relaciones sexuales entre los padres todavía resulta oscuro.
Entre los 4 y 5 años aparecen otros tipos de preguntas como el de:¿cuál es la diferencia entre niño y niña?. Los padres intentan explicar que la niña no tiene pene. El niño trata de negarlo pensando que tiene uno más pequeño o que le va a crecer. Sin embargo, piensa que la madre también tiene pene, pues al niño le resulta imposible creer que la madre carezca de el.
A medida que el niño crece, la madre ya va dejando de ocuparse de él en forma exclusiva.
El niño necesita menos compañía, juega más con sus juguetes y su voz.
La observación de la actividad de la madre y la reflexión sobre sus palabras lo conducen a adquirir dos nociones importantes; aparece el obedecer, o el portarse bien con la promesa de que si se porta bien recibirá tal cosa. Los niños no temen perder el amor de sus padres, porque lo tuvieron o porque no lo tuvieron incondicionalmente, tienen problemas de conducta.
El niño descubre la muerte en esta etapa, al observar a los animales, pregunta acerca de las causas de su muerte que el atribuye a la vejez. "Matar es inmovilizar", ese es el sentido que cobra al principio la muerte para el niño.
El niño o la niña descubre que ya no son el único amor de la madre, que pueden ser abandonados por otros intereses de ella: su padre y sus hermanos se transforman en sus rivales.
En el estadio anal, la niña se interesa por cambiar y bañar a las muñecas y por lavar trapos. El niño juega con más piedras, con autos, con trenes.
Ella se empieza a preocupar por su arreglo personal, le saca los cosméticos a la mamá, se pone su ropa, sus zapatos, se identifica con ella, la imita en gestos, en palabras, etc.
El niño se entrega a juegos más agresivos, juega con bastones, con palos, los transforma en fusiles, en revólveres, y se complace con dar miedo y ordenar. Cuando puede, se pone la ropa del padre.
Hacia los 4 años y medio, el varón juega con golpear y matar a su padre en la lucha emocional con él y trata de acaparar toda la ternura de su madre, le promete casarse con ella y tener hijos: entra en el período del complejo de Edipo.
La niña vive un período similar, hacia los 3 años y medio, se comporta de manera seductora con su padre, se muestra coqueta y afectuosa, centra su interés en él. Se muestra celosa de él y trata de acaparar su atención y su afecto.
Pero para el niño y la niña la pareja de los padres en esta etapa resulta una frustración, y muchas veces los progenitores los mandan a jugar para poder quedar a solas en su intimidad y el niño se siente impotente y celoso.
Si el niño asiste a las relaciones sexuales entre los padres, sea porque los sorprende; las imagina como una especie de batalla violenta. A esto se le denomina "escena primaria"(coito entre los padres).
Las nuevas teorías psicológicas sobre la sexualidad femenina ponen el énfasis en la revalorización del rol femenino: la mujer no se dirigía al padre, porque la madre no tiene pene, sino para comprobar si él esta tan orgulloso de ella, porque es tan femenina como la madre.

Complejo de Edipo en el varón

Hasta aquí los niños creen que tanto la madre como el padre tienen pene.
La angustia de castración, o sea el temor a la pérdida del pene, parte de una falsa interpretación de la realidad, pero el niño no puede escapar a esta angustia ya que el peligro que siente está motivado en su fantasía. El niño es consciente del malestar, pero lo niega y lo interpreta como provocado por el exterior, y su razón lo obliga a encontrar una causa.
La angustia de castración es consciente, y es lo que determina que el niño se aleje de la relación con su madre. Por eso Freud en sus trabajos dice que la diferencia entre el niño y la niña es que el niño sale del complejo de Edipo por la angustia de castración, en cambio la niña entra en el complejo de Edipo por la misma angustia.
Hacia los 3 o 4 años, el niño se comporta en relación con la madre como un adulto, quiere ocupar el lugar del padre. Para el niño, hasta esta etapa, el más importante amor ha sido la madre y sigue siéndolo.
El niño siente deseos agresivos y de muerte hacia el padre, y deseos de apropiación hacia la madre. El niño enfrenta al padre, lo subestima, lo cela, porque él es su rival frente a su objeto de amor. El niño declina la agresividad hacia el padre para, en efecto, poder identificarse con él.
Ya que la competencia con el padre despierta la angustia de castración, sino se resuelve de esta forma, puede tener severos trastornos en la sexualidad y la personalidad.
La finalización del complejo de Edipo abre al niño comportamientos escolares y lúdicos, y su vida afectiva comienza a dirigirse hacia otras personas fuera de su familia.

Complejo de Edipo en la niña

En la etapa fálica a los 3 años y medio, la niña descubre que hay unas criaturas poseedoras de un pene que "ella no tiene".
Comienza por negar esto que le pasa, se pone celosa pero sabe que en algún m omento le crecerá.
Freud describe como esta envidia del pene, acompaña la fantasía masturbatoria de la niña. Este es un período donde la niña tiende a exhibirse, se quiere mostrar desnuda, se levanta la pollera, etc. Esta es la reacción normal de la niña frente a la angustia de castración.
La niña descubre entonces que debe renunciar para siempre con la idea de tener un pene, ya que su madre no lo había tenido nunca.
El interés de la niña se desplaza hacia el cuerpo o el rostro y empieza a adornarse, a peinarse, a ponerse collares y flores en el pelo; esto parece ser una compensación por aquello a lo que ha tenido que renunciar.
Comienza a tratar de conquistar al padre. Se dirige hacia él, a quién considera superior y atractivo a su madre. La niña se vuelca cada día más hacia su padre, declarando abiertamente su deseo de tenerlo como marido, es donde empieza a tener fantasías agresivas en donde mata a la madre y se queda con él.
Si el padre no la alienta y no la estimula en esta fantasía, le impone una ley donde ella progresivamente debe renunciar a sus deseos.
En la adolescencia es cuando pueden anunciarse restos de complejo edípico; el padre, sino esta celoso, estimula a la adolescente para que se relacione con otros chicos, con lo cual podrá pasar de su padre como objeto de amor, aun sustituto del mundo exterior.

4) Etapa de latencia

Es una etapa que se emplea en la adquisición de los conocimientos necesarios para la vida. Se olvidan las vivencias sexuales infantiles y este olvido posibilita la escolarización.
A esta edad pueden aparecer trastornos escolares o dificultades para expandirse socialmente, porque el niño no tiene confianza en sí mismo. La causa puede ser de una deficiencia intelectual real; pero generalmente las dificultades obedecen a conflictos emocionales que padecen los niños debido a distintas situaciones, tales como divorcio, duelos, enfermedades y/o peleas que perturban la atmósfera familiar.
La libido que antes estaba depositada en el progenitor del sexo opuesto, ahora esta puesta al servicio de actividades escolares de aprendizaje.
De este modo el niño queda libre para establecer vínculos con grupos de pares, maestros y otras personas.

5) Etapa genital

Durante ésta etapa se produce una transformación, por lo cual la consideramos como un tipo de cambio, aparece el despertar sexual, pero no el primero. Se le llama "secundario", porque ya durante la primera infancia el niño ha atravesado por un primer despertar sexual.
Adolescencia se refiere a hacerse grande, estar en crecimiento, lo cual ha llevado a considerar la adolescencia como la etapa previa a la adultez. Freud no habla de "adolescencia" sino de "pubertad". Y nombra la metamorfosis que se produce con el despertar sexual: la resignificación de la dramática edípica.
En este momento se alcanzan la amplitud para el coito y la capacidad reproductora. Pero la inmadurez psicológica del adolescente hace que este fin no sea logrado fácilmente.
La pubertad se presenta entonces como un salto, una interrupción que discontinua los tiempos de la infancia.
Los cambios más importantes son: la liberación de la autoridad de los padres; el sepultamiento del complejo edípico, el encuentro de un objeto de amor en el mudo exterior al familiar y que se accede a la conformidad sexual definitiva.

martes, 17 de agosto de 2010

Publicado por Macarena Núñez y Patricia García


 Desarrollo del vocabulario
Cuando los bebes empiezan a hablar, los padres o los cuidadores suelen ayudarles  al repetir sus primeras palabras pronunciándolas de manera correcta.
El vocabulario se incrementa con rapidez cuando un adulto aprovecha  las oportunidades  apropiadas  para enseñarle  al niño una palabra nueva. Si la madre de Jordan dice “esta es una pelota” , cuando Jordan  está viendo la pelota, existen más posibilidades  de que recuerde la palabra que si estaba jugando con algo mas  y ella trato de desviar su atención hacia la pelota.(Dunham, Dunham y Curwin, 1993). Los adultos ayudan a un niño pequeño que empieza a unir palabras al extender lo que el niño dice. Si Christina dice “mami calcetín” la madre puede responder “si ese es el calcetín de mami”.
Los bebes aprenden  al escuchar lo que los adultos dicen. Se ha encontrado una fuerte evidencia entre la frecuencia de diversas palabras en el habla de la madre y el orden en el que los niños aprenden esas palabras (Huttenlocher, Haight, Bryk, Seltzer, y Lyons, 1991), asi como entre la verbosidad de la madre y la cantidad de vocabulario de los niños en la etapa de los primeros pasos.(Huttenlocher,1998).
No obstante, la sensibilidad y la responsividad  al nivel de desarrollo del niño son más importantes que el número de palabras que utiliza la madre. En un estudio longitudinal, en el cual se observo a los niños pequeños cuando interactuaban con su progenitora, a los 13 y 20 meses de edad, las madres incrementaron su uso del vocabulario para ajustarse a las crecientes habilidades de lenguaje de sus hijos ; y los niños con un léxico más amplio, tenían madres que eran más responsivas(Bornstein, Tamis-LeMonda y Haynes,1999).
En los hogares donde se hablan dos idiomas, al principio los bebes suelen utilizar elementos de ambos; en ocasiones en la misma frase, fenómeno que se conoce como mezcla de códigos. Sin embargo, los bebes pequeños aprenden a discriminar entre idiomas. Una observación naturalista en Montreal (Genesee, Nicoladis y Paradis, 1995) sugiere que, incluso, niños de dos años –de hogares bilingües- diferencian entre los idiomas; por ejemplo, en el caso de emplear al francés, con un padre de habla predominantemente francesa , y el ingles, con una madre de habla principalmente ingles. Esta habilidad de cambiar de un idioma a otro se llama cambio de código.
Material extraído de Piscología del Desarrollo, Diane E .Papalia

lunes, 16 de agosto de 2010

Desarrollo de lenguaje y evolución

PUBLICADO POR MARIANA CARRERAS
Piaget destaca la prominencia racional del lenguajey  lo asume como uno de los diversos aspectos que integran la superestructura de la mente humana. El lenguaje es visto como un instrumento de la capacidad cognoscitiva y afectiva del individuo, lo que indica que el conocimiento lingüístico que el niño posee depende de su conocimiento del mundo.

Su estudio y sus teorías se basan en las funciones que tendría el lenguaje en el niño. Para Piaget las frases dichas por los niños se clasifican en dos grandes grupo: las del lenguaje egocéntrico y las del lenguaje socializado; estas a su vez se dividen en las siguientes categorías:

LENGUAJE EGOCÉNTRICO: "Se caracteriza porque el niño no se ocupa de saber a quién habla ni si es escuchado. Es egocéntrico, porque el niño habla más que de sí mismo, pero sobre todo porque no trata de ponerse en el punta de vista de su interlocutor. El niño sólo le pide un interés aparente, aunque se haga evidente la ilusión de que es oído y comprendido.

1-Repetición o Ecolalia: el niño repite sílabas o palabras que ha escuchado aunque no tengan gran sentido para él, las repite por el placer de hablar, sin preocuparse por dirigirlas a alguien. Desde el punto de vista social, la imitación parece ser una confusión entre el yo y el no-yo, de tal manera que el niño se identifica con el objeto imitado, sin saber que está imitando; se repite creyendo que se expresa una idea propia.


2-El monólogo: el niño habla para sí, como si pensase en voz alta. No se dirige a nadie, por lo que estas palabras carecen de función social y sólo sirven para acompañar o reemplazar la acción. La palabra para el niño está mucho más ligada a la acción que en el adulto. De aquí se desprenden dos consecuencias importantes: primero, el niño está obligado a hablar mientras actúa, incluso cuando está sólo, para acompañar su acción; segundo, el niño puede utilizar la palabra para producir lo que la acción no puede realizar por sí misma, creando una realidad con la palabra (fabulación) o actuando por la palabra, sin contacto con las personas ni con las cosas (lenguaje mágico).

3-Monólogo en pareja o colectivo: cada niño asocia al otro su acción o a su pensamiento momentáneo, pero sin preocuparse por ser oído o comprendido realmente. El punto de vista del interlocutor es irrelevante; el interlocutor sólo funciona como incitante, ya que se suma al placer de hablar por hablar el de monologar ante otros. Se supone que en el monólogo colectivo todo el mundo escucha, pero las frases dichas son sólo expresiones en voz alta del pensamiento de los integrantes del grupo, sin ambiciones de intentar comunicar nada a nadie.

LENGUAJE SOCIALIZADO:
1-La Información Adaptada: el niño busca comunicar realmente su pensamiento, informándole al interlocutor algo que le pueda interesar y que influya en su conducta, lo que puede llevar al intercambio, la discusión o la colaboración. La información está dirigida a un interlocutor en particular, el cual no puede ser intercambiable con el primero que llega, si el interlocutor no comprende, el niño insiste hasta que logra ser entendido.




2-La crítica y la Burla: son las observaciones sobre el trabajo o la conducta de los demás, específicas con respecto a un interlocutor, que tienen como fin afirmar la superioridad del yo y denigrar al otro; su función más que comunicar el pensamiento es satisfacer necesidades no intelectuales, como la combatividad o el amorpropio. Contienen por lo general, juicios de valor muy subjetivos.

3-Las órdenes, ruegos y amenazas: el lenguaje del niño tiene, principalmente, un fin lúdico. Por lo tanto, el intercambio intelectual representado en la información adaptada es mínimo y el resto del lenguaje socializado se ocupa, principalmente, en esta categoría. Si bien las órdenes y amenazas son fáciles de reconocer, es relevante hacer algunas distinciones. Se les denomina "ruegos" a todos los pedidos hechos en forma no interrogativa, dejando los pedidos hechos en forma interrogativa en la categoría preguntas.


4-Las Preguntas: la mayoría de las preguntas de niño a niño piden una respuesta así que se les puede considerar dentro del lenguaje socializado, pero hay que tener cuidado con aquellas preguntas que no exigen una respuesta del otro, ya que el niño se le da solo; estas preguntas constituirían monólogo.

5-Las respuestas: son las respuestas dadas a las preguntas propiamente dichas (con signo de interrogación) y a las órdenes, y no las respuestas dadas a lo largo de los diálogos, que corresponderían a la categoría de "información adaptada". Las respuestas no forman parte del lenguaje espontáneo del niño: bastaría que los compañeros o adultos hicieran más preguntas para que el niño respondiera más, elevando el porcentaje del lenguaje socializado.

En conclusión el lenguaje egocéntrico va disminuyendo con la edad. Hasta la edad de 7 años, los niños piensan y actúan de un modo más egocéntrico que los adultos.

El porcentaje del lenguaje egocéntrico depende de la actividad del niño como de su medio ambiente. En general, el lenguaje egocéntrico aumenta en actividades de juego(especialmente el de imaginación) y disminuye en aquellas actividades que constituyan trabajo. Con respecto al medio social, el lenguaje egocéntrico disminuirá cuando el niño coopere con otros o cuando el adulto intervenga sobre el habla del niño, exigiendo el diálogo.
EDADES: Para Piaget los en los niños menores de 7 años sólo existe comprensión en la medida que se encuentren esquemas mentales idénticos y preexistentes tanto en el que explica como en el que escucha.

Después de los 7 u 8 años del niño, cuando comienza su verdadera vida social, comienza el verdadero lenguaje.
ENFOQUE COGNITIVO:

Posición Constructivista: Las estructuras de la inteligencia incluyen el desarrollo del lenguaje. El sujeto tienen un papel activo en el desarrollo de la inteligencia, en la construcción cognitiva, si un sujeto no interactúa no desarrolla la inteligencia ni el lenguaje.

Piaget ha denominado etapa de las operaciones concretas al período que va de los siete a los once años de edad. El niño en esta fase se caracteriza por la habilidad que va adquiriendo con la percepción de los distintos aspectos o dimensiones de una situación y el entendimiento de cómo tales aspectos o dimensiones se relacionan. El pensamiento presta ahora más atención a los procesos que a los estados. Tales cambios capacitan al niño para manipular conceptos, especialmente si las cosas e ideas que éstos implican no son ajenos a su realidad. Del mismo modo, el habla del niño se hace menos egocéntrica en la medida en que aumenta en él la necesidad de comunicarse y la obligación de reconocer la importancia de su oyente. Esta situación es diferente de la que verbalmente se caracteriza el niño en la etapa anterior o pre-operacional (de 4 a 7 años), en la que el niño trata de satisfacer más sus propias necesidades verbales que las de su oyente. La mayor parte del habla de un niño en esta fase no tiene, según Piaget, intención comunicacional. Así, la actuación verbal tiende a ser repetitiva o de monólogo individual o colectivo.

Las etapas de Piaget son las siguientes:
  • Etapa sensorio-motora (0 a 24 meses): Es anterior al lenguaje.
    Se contempla la existencia de un período holofrástico, e incluso el final de la misma dada por las primeras manifestaciones simbólicas.
  • Etapa Preoperativa (2 a 7 años): Los esquemas comienzan a ser simbolizados a través de palabras (habla telegráfica).

    La última parte de esta etapa supone el surgimiento de la socialización.
    El lenguaje alcanza un grado de desarrollo notorio. Aparición de las primeras oraciones complejas y uso fluido de los componentes verbales
  • Etapa de Operaciones Concretas (7 a 12 años):   Adquisición de reglas de adaptación social.

    Se aprende que es posible transformar la realidad incluso a través del lenguaje.
  • Etapa de Operaciones Formales (12 a 15 años): Surgen verdaderas reflexiones intuitivas acerca del lenguaje, juicios sobre aceptabilidad y/o gramaticalidad de oraciones tratándose de una intuición consciente.






     

jueves, 12 de agosto de 2010

Desarrollo físico y psicomotor a lo largo de los años preescolares

Por: Victoria Alarcón

En este período son muy interesantes los cambios que tienen lugar en el ámbito del desarrollo psicomotor, donde ocurren importantes transformaciones tanto en el ámbito práxico (de la acción) como en el simbólico (de la representación).

Desarrollo físico y progresos en el autocontrol
Durante los años preescolares, los niños no dejan de aumentar regularmente su talla y su peso, aunque la velocidad del crecimiento es más lenta de lo que había sido en los primeros años.
El cerebro continúa también su desarrollo, que ahora consiste sobre todo en el proceso de arborización de las dendritas y conexión de unas neuronas con otras.
En el comienzo de los años preescolares ya ha concluido lo fundamental de la mielinización de las neuronas (la mielina es una vaina que recubre el axón de las neuronas, aumentando mucho la velocidad de conducción de los impulsos en su interior), con lo que se está en condiciones de realizar actividades sensoriales y motoras mucho más rápidas y precisas.
Al mismo tiempo se va completando la teleencefalización con la maduración de zonas distales de la corteza cerebral. Así, el lóbulo frontal habrá madurado notablemente sobre los 5-6 años, permitiendo importantes funciones de regulación y planeamiento de la conducta.
En gran medida como consecuencia de los progresos madurativos que se dan en el cerebro, el control sobre el propio cuerpo conoce un importante avance durante los años preescolares, siguiendo las ya conocidas leyes céfalo- caudal y próximo- distal. El buen control que antes existía ya a nivel de los brazos se va a perfeccionar y a extender ahora a las piernas (ley céfalo-caudal). Además, el control va a ir poco a poco alcanzando a las partes más alejadas del eje corporal, haciendo posible un manejo fino de los músculos que controlan el movimiento de la muñeca y de los dedos (ley próximo- distal).
Ates de pasar a considerar en detalle el acceso progresivo y afinado control de las piernas, los brazos y las manos, debemos mencionar de pasada un aspecto muy diferente en el que también se pone de manifiesto el autocontrol corporal creciente: el control de esfínteres . Los niños acceden a este control habitualmente entre el segundo y el tercer cumpleaños, controlando las heces antes que la orina, y controlándose de día (18-24 meses) antes que de noche (2-3 años, como queda dicho).
Como principio general, es preferible comenzar este entrenamiento de control de esfínteres cuando el niño está llegando a la madurez fisiológica y no antes. También es preferible hacer este entrenamiento desde un clima lúdico y relajado y no desde un clima cargado de presión emocional.
En cuanto al control de las piernas, en los años que van del segundo al sexto, los movimientos de las piernas ganan en finura y precisión: el niño va a ir siendo capaz de correr mejor, más armónica y uniformemente que a los dos años, va a ser capaz de ir controlando mejor actividades como frenar la carrera o acelerarla, va a ir dominando conductas como subir y bajar escaleras (al principio con apoyo, luego progresivamente sin él).

Establecimiento de la preferencia lateral  
Aunque el cuerpo humano es morfológicamente simétrica, desde el punto de vista funcional es claramente asimétrico, de manera que muchas personas utilizan el brazo y la pierna de la derecha del cuerpo, mucho más que los mismos miembros simétricos del hemicuerpo izquierdo. Algo parecido, pero menos evidente y menos conocido, ocurre en los ojos, de los que uno es dominante sobre el otro.
Las preferencias laterales a que nos estamos refiriendo pueden ser homogéneas (y el niño es diestro de ojo, de brazo y pierna, o zurdo de ojo, brazo y pierna), o cruzadas (y el niño puede ser, por ejemplo, zurdo de ojo y diestro de brazo y pierna). En nuestra cultura, alrededor de 10 por 100 de las personas son zurdas, con mayor porcentaje de hombres que de mujeres. En general se puede afirmar que somos zurdos o diestros porque nacemos con un cerebro que nos hace ser de una u otra manera. Modificar la preferencia lateral del niño es, por ello, hacerle una violencia que no afecta a un simple hábito o manía, sino que entra en contradicción con la organización de su cerebro.

El esquema corporal y sus componentes 
El concepto de esquema corporal se refiere a la representación que tenemos de nuestro cuerpo, de los diferentes segmentos corporales, de sus posibilidades de movimiento y acción, así como de sus diversas limitaciones. Esa compleja representación se va construyendo lentamente como consecuencia de las experiencias que realizamos con el cuerpo y de las vivencias que de él tenemos. Gracias a dichas representaciones se va construyendo lentamente como consecuencia de las experiencias que realizamos con el cuerpo y de las vivencias que de él tenemos. Gracias a dicha representación conocemos nuestro cuerpo y somos capaces de ajustar en cada momento nuestra acción motriz a nuestros propósitos.
¿Cómo se llega a poseer una representación del esquema corporal y de las relaciones cuerpo-medio tan afinada y compleja? A través de un largo proceso de ensayos y errores de ajuste progresivo de la acción del cuerpo a los estímulos del medio y a los propósitos de la acción. Lo que esto significa es que el esquema corporal no es asunto de todo o nada, sino una construcción progresiva en la que nuevos elementos se van añadiendo como consecuencia de la maduración y de los aprendizajes que se van realizando.
Este proceso, es más bien un paulatino acumular y relacionar la de la visión del propio cuerpo con la experiencia de sentir el propio movimiento. pasando por estas etapas de "sentir como nuevo esa mano que veo que nuevo" se llegará a otras más evolucionadas: "saber que esa mano que siento es mía, saber que forma parte de mi cuerpo, de mi yo".
En la construcción del esquema corporal no son suficientes la maduración neurológica y sensorial, ni el ejercicio y la experiencia personal que actualizan esa maduración, sino que también como en otros aspectos evolutivos, es decisiva la experiencia social.
En realidad antes que conocer el cuerpo de uno mismo, se conoce el del otro. El niño aprende a sonreír cuando percibe la sonrisa de quien se coloca cara a cara con él,le habla y le ofrece juego. Hasta tal punto es importante la percepción del cuerpo del otro para elaborar un correcto esquema corporal, que una persona que se quede ciega precozmente puede llegar a tener problemas posturales (los llamados "blindismos").
Hay otro hecho social relevante para la construcción de las representaciones del cuerpo: el desarrollo del lenguaje. Aun antes de que exista un lenguaje expresivo, el niño se somete a juegos ("Dónde está la boquita?. ¿Dónde están los ojitos?...") que cumplen la triple función de aumentar su vocabulario, ayudarle a conocer su cuerpo y divertirle. Tras las palabras se esconden conceptos que organizan el mundo exterior de los objetos y el mundo del propio cuerpo. Las palabras serán los primeros instrumentos para codificar la realidad y hacerla comprensible. en cierto sentido no llegamos a saber bien que nuestra mano es distinta de nuestro pie hasta que podemos llamarlos con nombres diferentes.
"Ojos", "nariz", "boca", "manos", son herramientas para construir un primer análisis del yo corporal, palabras que posibilitan comprender al cuerpo como algo separable del mundo que nos rodea y constituido por elementos diferenciados.
El cuerpo no es algo estático, sino que se mueve en el espacio y se relaciona con el mundo circundante. También en esto cumple el lenguaje une función importante. Hay etapas en las que el niño preescolar va a hablar para sí mientras juega, y con su habla va a dirigir su acción. Va a ir contrastándose a sí mismo lo que hace y lo que piensa hacer.
La palabra se convertirá así en un instrumento que facilitará el control de la corteza cerebral sobre la experiencia psicomotriz. El lenguaje enriquece y organiza la representación simbólica de la percepción y el movimiento corporal.
El esquema corporal es, sobre todo, un conjunto de representaciones simbólicas. El entramado de percepciones, movimientos y conceptos verbales se archivan como representaciones del cuerpo en relación con el espacio circundante y los ejes de simetría que definen al mismo cuerpo dentro de ese espacio. Un esquema corporal bien establecido supone reconocer la imagen del propio cuerpo.
De los dos a los cinco años, varones y mujeres aumentan la calidad y discriminación perceptiva respecto a su cuerpo. Se enriquece el repertorio de elementos conocidos, así como de la articulación entre ellos. El desarrollo de habilidades motrices, como una presión más exacta y una locomoción mucho más coordinada, facilita la exploración del entorno y de las interacciones que éste establece con su cuerpo.
De los siete a los doce años, dentro ya de la edad escolar, culminará el proceso de construcción del yo corporal, con la potenciación de las representaciones mentales del propio cuerpo y el movimiento con relación al espacio y al tiempo. Se integran ya plenamente sensación y movimiento y el cuerpo puede ser descrito con eficacia, tanto desde el lenguaje oral como desde el dibujo. Como algunos autores sostienen, para llegar hasta aquí fue preciso recorrer un largo camino de tres etapas, en el que la primera fue de exploración de uno mismo y de los demás, la etapa intermedia sirvió para tomar conciencia de lo que se poseía y lo que se podía lograr y, finalmente, la etapa de la coordinación, la estructura y la integración.

En camino al dominio psicomotor 
Puede resultar paradójico que señalemos en planos de igualdad al proceso de independencia motriz y al proceso de coordinación, que parecen apuntar hacia metas totalmente opuestas. La independencia es la capacidad de controlar por separado cada segmento motor. Lograr hacer un movimiento relativamente complejo con una mano sin que se mueva la otra o sin sacar al mismo tiempo la lengua, ni hacer muecas, es un ejemplo de independencia.
La independencia de los segmentos corporales va a ir eliminando durante los años preescolares la mayoría de las sincinesias  y paratonías, es decir, movimientos parásitos y alteraciones del tono en otros órganos que no son los que se desea mover.Este proceso de segmentación e independencia no se logran del todo en la mayoría de los niños hasta los 7-8 años, dentro ya del período escolar.
La coordinación supone un proceso aparentemente opuesto. Patrones motores que eran aparentemente independientes, se encadenan y asocian formando movimientos compuestos, mucho más complejos que los originales. Pero lo más destacable  de la coordinación es que la secuencia de movimientos se automatiza, de modo que de se ejecuta sin que el sujeto tenga que estar atendiendo a su realización. Subir escaleras, alternando ambas piernas y desplazando la mano por el pasamanos, es un ejemplo de coordinación. Escribir implica también buenas dosis de coordinación.
El tono, es el grado de contracción que en cada momento tienen los músculos, grado que oscila entre la hipertonía (tensión) y la hipotonía (relajación). El tono de cada músculo está sujeto a controles involuntarios por parte del sistema nervioso, pero es susceptible de control voluntario, como lo demuestra el hecho de que podamos relajar o tensar conscientemente nuestros músculos. A través de sus experiencias con los objetos con los que se relacionan, los niños van aprendiendo a ajustar su tono muscular a las exigencias de cada situación, de manera que no utilizan la misma tensión muscular para mover su cama, que para levantar el globo que se les acaba de caer.
En la medida en que afecta a grandes grupos musculares, el tono repercute en el control postural y en la mayor o menor extensibilidad de las extremidades. El control de la tonicidad muscular es además importante porque, a través de complejos mecanismos neurológicos, el tono se relaciona por un lado con el mantenimiento de la atención y por otro con el mundo de las emociones y la personalidad.
Aprender a controlar la tonicidad muscular es facilitar el aprendizaje del control de la atención. En lo que se refiere a la conexión emociones-tono, se trata de una relación bien conocida a través de la cual las tensiones emocionales se traducen en tensiones musculares.
 El control respiratorio se trata de una importante función corporal sujeta a un control automático por parte del sistema nervioso, lo que no implica que la respiración no pueda ser también sometida a u control voluntario. El aprendizaje del control de la respiración es importante porque, la respiración se relaciona con los procesos de atención y las emociones. El control respiratorio implica también conocer cómo se respira y controlar conscientemente (hasta donde es posible) el ritmo y la profundidad de la respiración.
La estructura del espacio se relaciona con la conciencia de las coordenadas en las que nuestro cuerpo se mueve y en las que transcurre nuestra acción. Desde los planos espaciales más elementales (arriba- abajo, delante- detrás)hasta los más complejos de aprender (derecha-izquierda), el niño tiene que ir representando su cuerpo en el contexto del escenario espacial en que transcurre su vida, siendo capaz de organizar su acción en función de parámetros como cerca-lejos, dentro-fuera, grande-pequeño, estrecho-ancho...
Algo semejante ocurre con la estructuración del tiempo. El niño sitúa su acción y sus rutinas en unos ciclos de sueño-vigilia, de antes-después, mañana-tarde-noche, días de la semana-días del fin de semana, y es capaz de hacerlo en su actividad mucho antes que de representarse simbólicamente esas nociones.
Movido como siempre por el doble impulso de la maduración y de los aprendizajes, el niño va accediendo a un doble proceso de diferenciación de estos diversos componentes (control tónico y respiratorio, control postural y del equilibrio, estructuración del espacio y del tiempo) y de integración de todos ellos en una totalidad crecientemente compleja y bien articulada: el esquema corporal. Desde el cuerpo como unidad, integrador del resto de actividades psicomotrices, al cuerpo como objeto del propio conocimiento, el niño preescolar debe recorrer un camino que no se completará hasta años más tarde. Pero las bases de ese caminar se establecen en este período, y al niño y a su entorno educativo les queda la tarea de que se establezcan bien.

Síntesis del capítulo 8 de "Desarrollo psicológico y educación" de Jesús Palacios, Alvaro Marchesi y otros                                  
    
                                   
DESARROLLO AFECTIVO

En un primer momento el niño en su debilidad inicial y total dependencia fisiológica hacia su entorno y los adultos, carece de afectos y aunque presenta el llanto, este es polivalente, es decir, denota impaciencia.
Paulatinamente aparecen y desarrollan las emociones de miedo, enojo y amor.

El desarrollo y evolución de dichas emociones se encuentra vinculado con el desarrollo de otras esferas.
En un principio el niño tiene necesidad de ser asistido no sólo para alimentarle sino también para cambiarle de posiciones, para transportarle, mecerle, limpiarle; todo gira en torno al polo de las personas. Aproximadamente a los dos meses cuando es capaz de percibir el rostro humano y reconocer la voz de la madre (con diferentes modulaciones), el llanto que emite adquiere diferentes matices, por ello, es capaz de asociar el rostro humano con el alivio del displacer y es entonces que su propia voz emite vocalizaciones de placer
De esta manera no sólo se comunica con los otros a través del llanto sino con la respuesta sonriente además de toda una mímica, que representan los primeros lazos afectivos con el medio.
La cercanía física, el ser tocado, el ser manipulado, el afecto que la madre o la sustituta le proporciona, la temperatura, las texturas y las vibraciones , entre otras, son medulares para el desarrollo socio afectivo del niño.

Posteriormente la angustia a los extraños (organizador de la personalidad), implica trabajos cognitivos-visuales que comprometen la maduración del sistema nervioso central. Estas emociones representan un vínculo con la cuestión cognitiva ya que conforta un juego de alternancias entre el niño y el Otro. Las emociones conducen a la CONCIENCIA.
Finalmente la palabra No, que implica la simultánea aparición de la locomoción, permite al niño expresarse, afirmarse y particularmente expresar sus afectos.

La conciencia del Yo, diferenciado de los otros así como del No son inherentes al psiquismo humano que permite adquirir una identidad psíquica temprana que se va apuntalando a lo largo de la vida. El Yo es la primera forma de afirmarse frente al mundo ya que es la forma de significar límites y diferencias entre él /ella y los demás. A través del No él/ella impone sus límites y su voluntad. El derecho de decir No le otorga y le muestra su poder de decidir lo que se desea contra lo que no se desea: El No impone y fija los límites entre el afuera y el adentro; entre lo íntimo y lo público.
Estos organizadores se relacionan con las emociones y la toma de conciencia, la cual supone un sujeto que siente, conoce, delibera, decide y en función del cual actúan las leyes de sus diversas actividades. El niño cuenta ya con los elementos para establecer relaciones con los objetos y personas circundantes.

SILVINA CASTILLO - YUREMA BOSQUE

martes, 10 de agosto de 2010

Etapas de desarrollo del lenguaje del nacimiento hasta los 6 años


El aprendizaje en la lectura se desarrolla sobre un fundamento de destrezas de lenguaje que los niños comienzan a desarrollar desde el momento que nacen un proceso que es tan complicado como es asombroso. La mayoría de los niños desarrollan ciertas destrezas al avanzar por las primeras etapas del aprendizaje en el lenguaje. Para los 7 años de edad, la mayoría de los niños han aprendido a leer.
La que sigue es una lista de etapas o logros basada en los descubrimientos científicos más recientes en los campos de lectura, educación infantil y desarrollo infantil.

Desde el nacimiento hasta los 3 años de edad, los niños deben poder:

  • Hacer ruidos que imiten los tonos y ritmos de las conversaciones adultas
  • Responder a gestos y muecas.
  • Comenzar a relacionar palabras que oyen con frecuencia con su significado.
  • Balbucear en la cuna, lo que resulta en que disfruten de las rimas o juegos de palabras con sus padres.
  • Jugar a las escondidas o palmaditas
  • Manejar objetos como libros infantiles y bloques de madera al jugar.
  • Reconocer ciertos libros por sus portadas.
  • Fingir saber leer sus libros.
  • Comprender cómo se sostienen los libros.
  • Compartir libros con un adulto como algo rutinario.
  • Nombrar algunos de los objetos en el libro.
  • Nombrar los personajes de sus libros favoritos.
  • Mirar los dibujos en un libro y darse cuenta que representan objetos reales.
  • Escuchar historias y cuentos
  • Pedir o exigir que los adultos le lean o escriban con ellos.
  • Comenzar a prestar atención a la escritura, en particular a las letras de sus nombres
  • Garabatear con algún propósito (intentando dibujar o escribir algo específico).
  • Producir algunas formas de letras o garabateos que de alguna manera sean similares a la escritura.

Entre 3 y 4 años de edad, los preescolares deberán poder:
  • Disfrutar escuchar que les lean libros y cuentos
  • Entender que el texto contiene un mensaje
  • Hacer intentos por leer y escribir
  • Identificar letreros y etiquetas comunes
  • Participar en juegos con rimas
  • Identificar algunas letras y combinar algunas con sus sonidos correspondientes
  • Utilizar letras que conocen (o por lo menos intentarlo) para representar en lenguaje, especialmente para palabras de mucho significado como sus nombres o frases como "Te quiero".
Para los 5 años de edad, los niños deberán poder:
 
  • Sonar como si de verdad pudieran leer.
  • Disfrutar que alguien les lea en voz alta.
  • Contar cuentos sencillos.
  • Utilizar lenguaje descriptivo para explicar o hacer preguntas.
  • Reconocer las letras y sus sonidos correspondientes
  • Demostrar conocimiento con sonidos que riman y sílabas parecidas.
  • Comprender que el texto se lee de izquierda a derecha y de arriba abajo.
  • Comenzar a juntar palabras que escuchan con su forma escrita
  • Comenzar a escribir las letras del abecedario y algunas palabras que usan y escuchan con frecuencia.
  • Comenzar a escribir cuentos con algunas palabras que se pueden leer.
Para los 6 años de edad, los niños deberán poder:

  • Leer y contar historias que conocen bien.
  • Utilizar varias maneras de ayudarse a leer una historia, como leer de nuevo, predecir lo que va a suceder, hacer preguntas o usar las pistas que hay en los dibujos.
  • Decidir por su propia cuenta cómo utilizar la lectura y la escritura para varios propósitos.
  • Leer algunas cosas en voz alta sin dificultades.
  • Identificar nuevas palabras usando combinaciones de letras y sonidos, partes de palabras y su comprensión del resto de la historia o texto.
  • Identificar un mayor número de palabras de vista.
  • Deletrear y representar los sonidos más importantes en una palabra al tratar de escribirla.
  • Escribir sobre temas que tengan gran significado para ellos.
  • Intentar usar puntuación y letras mayúsculas.

Silvina Castillo - Yurema Bosque

domingo, 8 de agosto de 2010

EL LENGUAJE

Evolución- La adquisición del lenguaje comienza tras una fase de balbuceo espontáneo (que se extiende desde los 6 hasta los 10-11 meses) y una fase de diferenciación de fonemas por imitación (desde los 11 a los 12 meses). El acceso a la función simbólica, en el niño, marca el final del período senso-motor.
El niño forma frases con palabras únicas mediante las que puede expresar deseos, emociones o comprobaciones. Desde el fin del segundo año se señalan frases de dos palabras; luego, pequeñas frases completas sin conjugaciones y después una adquisición progresiva de estructuras gramaticales.

Lenguaje y Pensamiento- Si se comparan las conductas senso-motoras con las conductas verbales se observan grandes diferencias a favor de estas últimas. Las diferencias fundamentales radican en lo siguiente: 1) Las conductas senso-motoras no pueden sobrepasar la velocidad de la acción mientras que las conductas verbales pueden introducir relaciones con mayor rapidez. 2) Las adaptaciones senso-motoras están ligadas al tiempo y espacio próximos, a la inmediatez; en cambio, el lenguaje puede referirse a extensiones espacio-temporales más amplias. 3) La inteligencia senso-motora procede por acciones sucesivas y progresivamente mientras el pensamiento consigue, gracias especialmente al lenguaje, representaciones de conjunto simultáneas.
Estos progresos hacia el pensamiento representativo se deben a la función semiótica en su conjunto: es ella la que desliga el pensamiento de la acción y la que crea, en cierto modo, la representación. Sin embargo, hay que reconocer que el lenguaje desempeña en este proceso un papel muy importante, ya que, contrariamente a los otros instrumentos semióticos que son construidos por el individuo a medida de las necesidades, el lenguaje está elaborado socialmente por completo y contiene, de antemano, un conjunto de instrumentos cognoscitivos al servicio del pensamiento.

Lenguaje y Operaciones- El lenguaje no constituye la fuente de la lógica, sino que está, al contrario, estructurado por ella. En otras palabras: las raíces de la lógica hay que buscarlas en la coordinación general de las acciones (comprendidas las conductas verbales) a partir del nivel senso-motor. Ese esquematismo continúa luego desarrollándose y estructurando el pensamiento, incluso verbal, en función del progreso de las acciones, cuando éstas se hallan en estado de interiorizarse y de agrupare en estructuras de conjunto.

Conclusión- La función semiótica presenta una unidad notable pese a la diversidad de sus manifestaciones. Se trate de imitaciones diferidas, de juego simbólico, de dibujo, de imágenes mentales y de recuerdos-imágenes o de lenguaje, consiste siempre en permitir la evocación representativa de objetos o de acontecimientos no percibidos actualmente. Sólo progresa bajo la dirección y merced a las aportaciones de ese pensamiento o inteligencia representativos. Ni la imitación, ni el juego, ni el dibujo, ni la imagen, ni el lenguaje se desarrollan u organizan sin la ayuda constante de la estructuración propia de la inteligencia.


(BIBLIOGRAFÍA: “Psicología del niño”- Piaget-Inhelder)

Adquisición y desarrollo del lenguaje

http://www.youtube.com/watch?v=0DGXHKRRpw4&feature=related

sábado, 7 de agosto de 2010

"Desarrollo del lenguaje" - Otto Engelmayer

Por: Victoria Alarcón

Los comienzos del habla, desde los puntos de vista psicológico, lingüístico y lógico.
Foneticamente todas las primeras palabras son sílabas balbuceadas u onomatopéyicas:guau guau (perro); ham ham (comer); ayi ayi (hermana). Prevalece la reduplicación de sílabas.
En cuanto a lo lingüístico- formal, lo gramatical, se trata de autenticas frases monoverbales, un enunciado hablado, perfecto, y referido a un hecho. Nombran cosas y actividades (hico guau- guau hombre), y juzgan estados (cansado, caliente); pero las funciones de denominación y de juicio no se separan nítidamente.
La relación significativa es global. Los bebés para expresarse utilizan una palabra, en la que quieren decir muchas cosas, expresan sus deseos, por ejemplo cuando te dan los brazos, y dicen upa, quieren que los alces en brazos, o que el hermanito llora y quiere comer, etc...
Las relaciones significativas de las frases monoverbales son supraobjetivas.
Desde un punto de vista lógico-conceptual, las frases monoverbales, según su función de denominación y juicio, son conceptos universales, esquemas lingüístico-conceptuales, análogas a los esquemas gráficos en los comienzos del dibujo infantil.
Así guau-guau es un concepto universal de todo lo que tenga 4 patas; auto, de lo que rueda; papá de todos los hombres; mamá de todas las mujeres.
Por falta total de estructura lógica, la amplitud del halo de significación, o sea la ambigüedad, transferibilidad e inestabilidad, cambian continuamente de significado, permite su uso universal, pero por otra parte dificulta enormemente su comprensibilidad, es decir su función comunicativa social.
El desarrollo avanza hacia la diferenciación y caracterización individuales, y el niño no se conforma con "mamá", sino que distingue entre su madre y el resto de las mujeres, "papá" y otros hombres, etc… La evolución va del esquema simbólico conceptual al concepto individual, aunque este pertenece a un nivel muy posterior.


El desarrollo de la edad preescolar
(De la frase monoverbal al habla infantil- convencional)


El estadio de la frase monoverbal persiste hasta la edad de 1 año y medio a 2 años y medio. El desarrollo es sumamente individual.
Luego empieza la disolución gradual de las configuraciones verbales complejas, su articulación y despliegue estructural.
Un sustantivo es seguido de otro: "papi auto"= papá se va en el auto; o un determinativo o un verbo("uno, ros"; "kaba caliente"; "se cachó"), sigue activo el carácter categorial complejo, supraobjetivo. Las frases de 2, 3 o más palabras son enunciados no ensambaldos, a modo de mosaicos, aparentemente no estructurados, carentes de flexión y agramáticos.
Son palabras amontonadas, pero muestran un orden rudimentario y una cierta estructuración, o sea "cadenas oracionales primitivas".
Entre los 2 años 6 meses y 3 años se mezclan los primeros rudimentos de formas hipotácticas: frases subordinadas elípticas, frases con "que", "como si", frases objecionales, las primeras frases condicionales, etc...


Fuerzas impelentes del desarrollo verbal


Las fuerzas motrices que obran a menudo impetuosamente las encontramos en el placer espontáneo de enunciar, que corre a la par con el enérgico comienzo de la conquista intencional del mundo por medio de la cognición y comprensión, en la necesidad de comunicarse, en el impulso de imitación y en una pulsión funcional lingüística que se manifiesta en el jugar y experimentar con la capacidad recién adquirida. Ya al comienzo de la etapa verbal irrumpe la pulsión funcional lingüística con las preguntas denominativas de la edad.

Es el período del primer aprendizaje lúdico del idioma, no se cansa de preguntar, le parece un juego maravilloso, por los nombres de las cosas que le rodean:"¿queeseso?", y se ríe con las respuestas y repite cada nombre.
Dos años después en la segunda edad de las preguntas, serán los niños de 3 y 4 años los que pregunten sin cansarse (¿porque?, ¿para qué?, ¿dónde?, ¿quién?, ¿cuando?). Muchas veces no se trata de auténticas preguntas, sino que es un juego lingüístico funcional.
Al niño de 4 años le encanta "cometer" desmanes con el lenguaje", bromear, pero a causa del poder mágico del verbo, de la nueva posibilidad de apoderarse de las cosas por medio de la palabra.
El niño adquiere como por crecimiento orgánico a través del tiempo, el dominio de la lengua materna con su caudal fonético y sus formas básicas de flexión y sintaxis y la emplea fluidamente con una capacidad de expresión perfectamente adecuada a las concepciones infantiles.
El vocabulario es enorme, y depende del vocabulario circundante.
Gracias a la memoria plástica y bajo el impulso de las fuerzas espontáneas, se "acuñan" a través de procesos asimilativos la base de articulación (la tonada, el acento, etc), y adopta los modelos de habla convencional y grandes sectores del mundo de las formas lingüísticas en sus estratos significativos.
Interviene una cierta afinidad del niño con el sentido verbal semántico, afinidad que arraiga en la estructura disposicional de la mente humana con respecto al sentido. Y aparece junto con la palabra el sentido de "gracias, bueno, malo", etc...
El hecho de que se trata de procesos de impronta nos permite comprender también la extraordinaria dependencia del medio ambiente de la evolución lingüístico.
El adelanto evolutivo aparece al principio en la elaboración cuantitativa del lenguaje.
Si el niño de 2,6 años posee entre 10 y 100 palabras, el vocabulario del de 3 años es un múltiplo de ello.
Las combinaciones y derivaciones que realizan son productos del manipuleo libre, a todas luce despreocupada, de las formas. El niño combina ideas y las pega unas a otras como se le aparecen, por eso no expresan relación lógica.

El desarrollo fonético

Algunos niños ya pronuncian asombrosamente bien y con corrección a la edad de 2,6 años, pero también es normal si logran a los 4 años.
También es importante el ambiente lingüístico.
Muchos autores, con particular insistencia Gutzmann señalan la importancia, para algunos niños la necesidad absoluta  de una buena educación del habla en el sentido primario. En este sentido es decisivo el buen ejemplo. Evítese hablar con el niño en el lenguaje que ellos utilizan porque a veces se pierde en un canon formal muy caprichoso e incomprensible, con lo cual se detendría o se impediría el desarrollo.
El estímulo oral es el secreto de la educación del habla en la edad preescolar.

La convencionalización del habla (el lenguaje como expresión del estado íntimo)

El dominio de la flexión es un criterio del adelanto general en lo gramatical del lenguaje. La adopción de los modelos gramaticales del lenguaje adulto (por ejemplo formas interrogativas, giros idiomáticos, palabras accesorios, conceptos abstractos, etc...), mediante la imitación inconciente durante el 4º y 5º año de edad ha fomentado la convencionalización del hablar infantil a tal punto que el niño de 5 y 6 años, y muchas veces hasta el de 4, emplea correctamente el lenguaje convencional. Esto es muy importante para toda la evolución mental, porque las formas lingüísticas representan modos de pensar preestablecidas.