sábado, 24 de julio de 2010

Egocentrismo infantil

Por: Victoria Alarcón, Patricia García, Daniela González, Macarena Nuñez.

La noción de egocentrismo es una de las nociones más tempranas en la teoría de Piaget, unas de las que más cambios ha experimentado dentro de la teoría y una de las que ha suscitado más críticas y revisiones.
En 1920 en un artículo en el que Piaget establece los puntos de contactos y las diferencias entre la psicología del niño y el psicoanálisis, habla de pensamiento autístico para caracterizar una forma intermedia entre el pensamiento simbólico descrito por Freud y la forma de  pensamiento socializado y lógico propio del adulto.
Este pensamiento autístico es una forma privada incomunicable y prelógica de pensamiento; busca una cierta adaptación a la realidad pero permanece centrado en el sujeto y difícilmente comunicable. Tres años más tarde Piaget lo denomina egocéntrico y sus primeros trabajos en los años veinte  (Lenguaje y pensamiento del niño, Su juicio y razonamiento, La representación del mundo y el niño y la causalidad física del niño) aportan precisamente las pruebas de este pensamiento egocéntrico del niño que contrasta, por su naturaleza, con el pensamiento socializado y lógico del adulto.
Progresivamente, con los avances de la elaboración teórica y con los nuevos datos experimentales en ámbitos tan diversos como el del juicio moral, el de las cantidades físicas o el espacio, Piaget aplica el carácter egocéntrico al pensamiento preoperatorio y lo distingue tanto de la inteligencia práctica del sensoriomotor como del pensamiento conceptual propio de las operaciones concretas.
El término mismo de “egocentrismo” desaparece del vocabulario piagetiano debido a las múltiples críticas y malentendidos que originó por ser un término con connotaciones múltiples y ambiguas: Los conceptos de “centración” e “indiferencia” pasan a ser los más utilizados para caracterizar las particularidades del pensamiento preoperatorio a partir de los años cincuenta.
El término de egocentrismo es en la concepción piagetiana, complejo y presenta múltiples variedades.      

DIFERENTES MANIFESTACIONES DEL EGOCENTRISMO
1) CONFUSIÓN DEL PENSAMIENTO PROPIO CON EL DE LOS DEMÁS Y CON LAS COSAS 
    a)Dificultad para ser consciente del propio pensamiento.
    b)Indiferenciación entre el yo y el mundo exterior.
2) TENDENCIAS A CENTRARSE EN EL PUNTO DE VISTA PROPIO.
    a) Dificultad para distinguir el punto de vista propio del de los demás(dificultad que se manifiesta en el campo social y cognitivo).
    b) Tendencia a asimilar los datos a los esquemas de la actividad propia.



Hay que reconocer que es algo artificial distinguir estos diferentes aspectos del egocentrismo, pues están íntimamente ligados entre sí. Puesto que el niño tiene tendencia a sentir y comprender todo a través de él mismo, le es difícil distinguir lo suyo de lo ajeno, o sea lo que pertenece al mundo exterior y a las demás personas.
Piaget mostró en sus primeros trabajos algunas tendencias de la representación del mundo y de la causalidad de niños de la etapa preoperatoria. A través de experiencias sencillas o simples conversaciones Piaget nos ha dejado una riqueza impresionante de reacciones y propósitos infantiles sumamente originales y sugestivos. Las explicaciones de los pequeños ( antes de 6-7 años) sobre los fenómenos del entorno, manifiestan la dificultad de diferenciar con claridad el propio yo del mundo exterior. Esta característica general del pensamiento a estas edades puede manifestarse bajo diferentes formas:
- Fenomenismo: tendencia a establecer un lazo casual entre fenómenos que son vistos como próximos  por los niños, como creer que, las ganas de dormir bastan para que llegue la noche.
-Finalismo: cada cosa tiene una función y una finalidad que justifica su existencia y sus características, como pensar que las nubes se desplazan porque tienen que ir a otro lado a llover.
- Artificialismo: considerar las cosas como producto de la fabricación y voluntad humana, como pensar que los lagos o ríos son construidos por los hombres.
- Animismo: tendencia a percibir como viviente cosas y fenómenos inertes, como pensar que un reloj está vivo porque se mueve.
Por un lado, Piaget describe primero un egocentrismo que consiste en que el niño habla sólo de sí mismo, sin interesarse, ni situarse en relación al otro. Estos monólogos que realizan los pequeños muestran, según Piaget, la existencia de un habla egocéntrica. También en situaciones sociales los niños de 4-5 años muestran dificultad para descentrarse, como en los juegos con reglas, los niños de estas edades suelen jugar cada uno para sí, sin confrontar, ni discutir las reglas.
Por otro lado, el trabajo de Piaget e Inhelder sobre la representación espacial en el niño, habría de dar la situación paradigmática  por excelencia para mostrar la dificultad que tienen los pequeños para tomar en cuenta el punto de vista del otro: La experiencia de las tres montañas.
 Esta incapacidad para considerar el punto de vista del otro y la tendencia a tomar el suyo como el único posible, está intimidad ligada a la tendencia que los mismos niños tienen a centrarse en un solo aspecto de la realidad (el que están percibiendo) y a su dificultad para considerar las transformaciones que permiten pasar de su punto de vista al de otros ( en este caso, rotaciones de la escena).
Uno de los factores que ayudaran a sobrepasar este estado de egocentrismo es según Piaget e Inhelder, son las múltiples interacciones sociales entre compañeros o entre el niño y el adulto. Este factor no es suficiente por sí solo (de poco serviría multiplicar las interacciones sociales antes de que el niño pudiese descentrarse), operación y cooperación son, pues, dos elementos inseparables para Piaget.
Esta caracterización del pensamiento preoperatorio puede parecernos algo negativa, y ya hemos comentado que varios autores así lo han considerado.
Por un lado diferentes trabajos sobre el periodo preoperatorio han puesto de manifiesto aspectos idiosincrásicos y originales sobre las reacciones de los niños entre los 2 y los 6-7 años. 
Por otro lado, el mismo Piaget, ha propuesto una noción matemática, la función para describir las características de la lógica preoperatoria.
Señalemos por fin las numerosas críticas que diferentes autores han hecho de la descripción piagetiana del período preoperatorio desde otras posiciones teóricas. Estas críticas recogen principalmente la idea de que el niño de edad preescolar es mucho más capaz de lo que creía Piaget, que puede razonar lógicamente en muchas situaciones y que en el fondo  no es tan grande la distancia que lo separa de niños de mayor edad. Algunas de estas experiencias muestran, por ejemplo, que niños de cuatro años son ya capaces de manejar adecuadamente relaciones transitivas aplicadas a las diferencias de tamaño de bastoncillos, si se les propone una situación y una técnica adecuada, y que no se ha de esperar hasta los 7-8 años para que esta relación aparezca. Otras muestran, por ejemplo, que el niño de 3-4 años es ya capaz de hacer inferencias lógicas cuando busca un objeto escondido, que toma en consideración diferentes indicios pertinentes de la situación experimental y que no busca al azar.
Lo interesante y meritorio de estos estudios es el de aportarnos una serie de precisiones útiles para la reflexión pedagógica en la medida en que siguen con más fidelidad lo que el sujeto hace realmente en una situación y no lo que hace de forma "ideal" según su grado teórico de competencia.                  





            

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