sábado, 7 de agosto de 2010

"Desarrollo del lenguaje" - Otto Engelmayer

Por: Victoria Alarcón

Los comienzos del habla, desde los puntos de vista psicológico, lingüístico y lógico.
Foneticamente todas las primeras palabras son sílabas balbuceadas u onomatopéyicas:guau guau (perro); ham ham (comer); ayi ayi (hermana). Prevalece la reduplicación de sílabas.
En cuanto a lo lingüístico- formal, lo gramatical, se trata de autenticas frases monoverbales, un enunciado hablado, perfecto, y referido a un hecho. Nombran cosas y actividades (hico guau- guau hombre), y juzgan estados (cansado, caliente); pero las funciones de denominación y de juicio no se separan nítidamente.
La relación significativa es global. Los bebés para expresarse utilizan una palabra, en la que quieren decir muchas cosas, expresan sus deseos, por ejemplo cuando te dan los brazos, y dicen upa, quieren que los alces en brazos, o que el hermanito llora y quiere comer, etc...
Las relaciones significativas de las frases monoverbales son supraobjetivas.
Desde un punto de vista lógico-conceptual, las frases monoverbales, según su función de denominación y juicio, son conceptos universales, esquemas lingüístico-conceptuales, análogas a los esquemas gráficos en los comienzos del dibujo infantil.
Así guau-guau es un concepto universal de todo lo que tenga 4 patas; auto, de lo que rueda; papá de todos los hombres; mamá de todas las mujeres.
Por falta total de estructura lógica, la amplitud del halo de significación, o sea la ambigüedad, transferibilidad e inestabilidad, cambian continuamente de significado, permite su uso universal, pero por otra parte dificulta enormemente su comprensibilidad, es decir su función comunicativa social.
El desarrollo avanza hacia la diferenciación y caracterización individuales, y el niño no se conforma con "mamá", sino que distingue entre su madre y el resto de las mujeres, "papá" y otros hombres, etc… La evolución va del esquema simbólico conceptual al concepto individual, aunque este pertenece a un nivel muy posterior.


El desarrollo de la edad preescolar
(De la frase monoverbal al habla infantil- convencional)


El estadio de la frase monoverbal persiste hasta la edad de 1 año y medio a 2 años y medio. El desarrollo es sumamente individual.
Luego empieza la disolución gradual de las configuraciones verbales complejas, su articulación y despliegue estructural.
Un sustantivo es seguido de otro: "papi auto"= papá se va en el auto; o un determinativo o un verbo("uno, ros"; "kaba caliente"; "se cachó"), sigue activo el carácter categorial complejo, supraobjetivo. Las frases de 2, 3 o más palabras son enunciados no ensambaldos, a modo de mosaicos, aparentemente no estructurados, carentes de flexión y agramáticos.
Son palabras amontonadas, pero muestran un orden rudimentario y una cierta estructuración, o sea "cadenas oracionales primitivas".
Entre los 2 años 6 meses y 3 años se mezclan los primeros rudimentos de formas hipotácticas: frases subordinadas elípticas, frases con "que", "como si", frases objecionales, las primeras frases condicionales, etc...


Fuerzas impelentes del desarrollo verbal


Las fuerzas motrices que obran a menudo impetuosamente las encontramos en el placer espontáneo de enunciar, que corre a la par con el enérgico comienzo de la conquista intencional del mundo por medio de la cognición y comprensión, en la necesidad de comunicarse, en el impulso de imitación y en una pulsión funcional lingüística que se manifiesta en el jugar y experimentar con la capacidad recién adquirida. Ya al comienzo de la etapa verbal irrumpe la pulsión funcional lingüística con las preguntas denominativas de la edad.

Es el período del primer aprendizaje lúdico del idioma, no se cansa de preguntar, le parece un juego maravilloso, por los nombres de las cosas que le rodean:"¿queeseso?", y se ríe con las respuestas y repite cada nombre.
Dos años después en la segunda edad de las preguntas, serán los niños de 3 y 4 años los que pregunten sin cansarse (¿porque?, ¿para qué?, ¿dónde?, ¿quién?, ¿cuando?). Muchas veces no se trata de auténticas preguntas, sino que es un juego lingüístico funcional.
Al niño de 4 años le encanta "cometer" desmanes con el lenguaje", bromear, pero a causa del poder mágico del verbo, de la nueva posibilidad de apoderarse de las cosas por medio de la palabra.
El niño adquiere como por crecimiento orgánico a través del tiempo, el dominio de la lengua materna con su caudal fonético y sus formas básicas de flexión y sintaxis y la emplea fluidamente con una capacidad de expresión perfectamente adecuada a las concepciones infantiles.
El vocabulario es enorme, y depende del vocabulario circundante.
Gracias a la memoria plástica y bajo el impulso de las fuerzas espontáneas, se "acuñan" a través de procesos asimilativos la base de articulación (la tonada, el acento, etc), y adopta los modelos de habla convencional y grandes sectores del mundo de las formas lingüísticas en sus estratos significativos.
Interviene una cierta afinidad del niño con el sentido verbal semántico, afinidad que arraiga en la estructura disposicional de la mente humana con respecto al sentido. Y aparece junto con la palabra el sentido de "gracias, bueno, malo", etc...
El hecho de que se trata de procesos de impronta nos permite comprender también la extraordinaria dependencia del medio ambiente de la evolución lingüístico.
El adelanto evolutivo aparece al principio en la elaboración cuantitativa del lenguaje.
Si el niño de 2,6 años posee entre 10 y 100 palabras, el vocabulario del de 3 años es un múltiplo de ello.
Las combinaciones y derivaciones que realizan son productos del manipuleo libre, a todas luce despreocupada, de las formas. El niño combina ideas y las pega unas a otras como se le aparecen, por eso no expresan relación lógica.

El desarrollo fonético

Algunos niños ya pronuncian asombrosamente bien y con corrección a la edad de 2,6 años, pero también es normal si logran a los 4 años.
También es importante el ambiente lingüístico.
Muchos autores, con particular insistencia Gutzmann señalan la importancia, para algunos niños la necesidad absoluta  de una buena educación del habla en el sentido primario. En este sentido es decisivo el buen ejemplo. Evítese hablar con el niño en el lenguaje que ellos utilizan porque a veces se pierde en un canon formal muy caprichoso e incomprensible, con lo cual se detendría o se impediría el desarrollo.
El estímulo oral es el secreto de la educación del habla en la edad preescolar.

La convencionalización del habla (el lenguaje como expresión del estado íntimo)

El dominio de la flexión es un criterio del adelanto general en lo gramatical del lenguaje. La adopción de los modelos gramaticales del lenguaje adulto (por ejemplo formas interrogativas, giros idiomáticos, palabras accesorios, conceptos abstractos, etc...), mediante la imitación inconciente durante el 4º y 5º año de edad ha fomentado la convencionalización del hablar infantil a tal punto que el niño de 5 y 6 años, y muchas veces hasta el de 4, emplea correctamente el lenguaje convencional. Esto es muy importante para toda la evolución mental, porque las formas lingüísticas representan modos de pensar preestablecidas.

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