domingo, 8 de agosto de 2010

EL LENGUAJE

Evolución- La adquisición del lenguaje comienza tras una fase de balbuceo espontáneo (que se extiende desde los 6 hasta los 10-11 meses) y una fase de diferenciación de fonemas por imitación (desde los 11 a los 12 meses). El acceso a la función simbólica, en el niño, marca el final del período senso-motor.
El niño forma frases con palabras únicas mediante las que puede expresar deseos, emociones o comprobaciones. Desde el fin del segundo año se señalan frases de dos palabras; luego, pequeñas frases completas sin conjugaciones y después una adquisición progresiva de estructuras gramaticales.

Lenguaje y Pensamiento- Si se comparan las conductas senso-motoras con las conductas verbales se observan grandes diferencias a favor de estas últimas. Las diferencias fundamentales radican en lo siguiente: 1) Las conductas senso-motoras no pueden sobrepasar la velocidad de la acción mientras que las conductas verbales pueden introducir relaciones con mayor rapidez. 2) Las adaptaciones senso-motoras están ligadas al tiempo y espacio próximos, a la inmediatez; en cambio, el lenguaje puede referirse a extensiones espacio-temporales más amplias. 3) La inteligencia senso-motora procede por acciones sucesivas y progresivamente mientras el pensamiento consigue, gracias especialmente al lenguaje, representaciones de conjunto simultáneas.
Estos progresos hacia el pensamiento representativo se deben a la función semiótica en su conjunto: es ella la que desliga el pensamiento de la acción y la que crea, en cierto modo, la representación. Sin embargo, hay que reconocer que el lenguaje desempeña en este proceso un papel muy importante, ya que, contrariamente a los otros instrumentos semióticos que son construidos por el individuo a medida de las necesidades, el lenguaje está elaborado socialmente por completo y contiene, de antemano, un conjunto de instrumentos cognoscitivos al servicio del pensamiento.

Lenguaje y Operaciones- El lenguaje no constituye la fuente de la lógica, sino que está, al contrario, estructurado por ella. En otras palabras: las raíces de la lógica hay que buscarlas en la coordinación general de las acciones (comprendidas las conductas verbales) a partir del nivel senso-motor. Ese esquematismo continúa luego desarrollándose y estructurando el pensamiento, incluso verbal, en función del progreso de las acciones, cuando éstas se hallan en estado de interiorizarse y de agrupare en estructuras de conjunto.

Conclusión- La función semiótica presenta una unidad notable pese a la diversidad de sus manifestaciones. Se trate de imitaciones diferidas, de juego simbólico, de dibujo, de imágenes mentales y de recuerdos-imágenes o de lenguaje, consiste siempre en permitir la evocación representativa de objetos o de acontecimientos no percibidos actualmente. Sólo progresa bajo la dirección y merced a las aportaciones de ese pensamiento o inteligencia representativos. Ni la imitación, ni el juego, ni el dibujo, ni la imagen, ni el lenguaje se desarrollan u organizan sin la ayuda constante de la estructuración propia de la inteligencia.


(BIBLIOGRAFÍA: “Psicología del niño”- Piaget-Inhelder)

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